CARTA ABIERTA AL SR. GOBERNADOR DE LA
PROVINCIA DE CORDOBA
JOSE MANUEL DE LA SOTA
Sr. Gobernador ante la torpeza y
agresividad de los términos vertidos en su carta abierta dirigida a mis
compañeros Secretarios Generales de los Gremios Estatales, con la espuria
intención de responsabilizar a los trabajadores y sus representantes, por las
medidas de ajustes que Ud. y su fuerza política dispusieron en desmedro de los
beneficiarios de la Caja de Jubilaciones de la Provincia, me veo en la
obligación de dirigirme a Ud., en forma directa y franca sin hipocresías
ni politiquerías.
Sr. Gobernador: Ud. miente cuando me
atribuye haber dicho que los jubilados cordobeses ganan mucho, miente cuando me
imputa manifestaciones irresponsables y antiobreras. Jamás, en mis 40 años de
militancia gremial y política he afirmado que un trabajador y menos aún un
jubilado argentino, porque
eso somos los cordobeses, gana mucho.
Ningún jubilado de este país gana mucho.
No ganan mucho los beneficiarios de la
Caja de Jubilaciones de la Provincia que perciben el 82 % móvil, su haber
jubilatorio es producto de años de lucha del sector obrero estatal y no una
concesión gratuita suya, ni de ninguno de sus amigos. Las calles de nuestra
Provincia son testigos de mi indeclinable compromiso y el del resto de mis
compañeros, con los derechos de aquellos que se jubilaron, cualquiera sea el
signo político del Gobierno de turno.
Ni Ud. ni ninguno de sus amigos, nos
dieron nada a los trabajadores estatales de la Provincia, lo que tenemos, lo hemos
ganado poniendo el alma y el cuerpo, de cara a la sociedad y sepa que tenemos
la obligación de ir por más en la tarea de recuperar las conquistas y derechos
que el neo liberalismo nos arrebatara.
Sr. Gobernador, no es la primera vez que
pretende agraviarme llamándome irresponsable, lo mismo hacía cuando le
exigía que los aumentos que lográbamos los docentes, después de innumerables
conflictos, tuvieran el carácter de remunerativos y engrosaran el básico de los
trabajadores en actividad, ya que de esta manera se incrementaba el haber
jubilatorio. Me llamó irresponsable también cuando le decía en la cara que los
jubilados eran sujetos de derechos y no objeto de la caridad.
Sr. Gobernador nunca dije ni diré que el
salario de un jubilado es mucho, porque además, es de ese salario del que
viviré cuando me jubile con mis treinta horas cátedras de docente de
educación media, por que como Ud. sabe, esa situación es consecuencia de años
de lucha que me tuvieron como protagonista, extinguiendo las jubilaciones de
privilegio.
Sr. Gobernador nunca me olvidaré de donde
vengo y a quien represento, como tampoco me olvidaré que fui elegida por el
pueblo de esta provincia, formando parte del proyecto político que encabeza
nuestra Sra. Presidenta, al que Ud., olvidándose de sus modales de falso
defensor de la institucionalidad, despectivamente llama “gobierno K”, y
lo hice en el año 2009, en momentos y en ocasión del mas terrible intento
destituyente que nuestra democracia recuerde, llevado adelante por los grupos de
poder concentrado de nuestro país; los mismos por cuya complacencia hoy Ud. se
desvive, con el afán de erigirse en el mas fiel guardían de sus intereses.
Idéntica actitud la suya a la asumida en aquel momento por su amigo Juan.
Sr. Gobernador, nunca dudé en defender
los derechos de los trabajadores, ni cuando Ud. era Secretario de Gobierno
municipal, ni cuando su amigo Juan, desesperado por ser el Vicepresidente del
proyecto presidencial de los monopolios, descontaba los haberes a los mismos
jubilados sobre los que Ud. pretende hacer recaer los efectos de décadas de
desmanejos de la caja, ni lo haré ahora cuando en aras de desarrollar un
proyecto político personal se pretende reinstalar el concepto de “la Isla” ,
“Corazón de mi país”, “Cordobesismo” y el de “Provincias viables o inviables”
que tan fervorosamente sostuviera su amigo Domingo Felipe.
Sr. Gobernador el sistema federal
tiene su origen en la idea de la unidad nacional a partir de la exigencia
para que el puerto y las jurisdicciones más favorecidas contribuyan al
sostenimiento de la Nación y no en la existencia de provincias ricas a costa de
argentinos pobres.
Sr. Gobernador no me ofende, porque no
creo en sus palabras, no le creo cuando habla de los números del déficit de la
caja, como no le creí cuando decía convocar a un diálogo sincero, la realidad
se encargo de darme la razón la noche en que el alacrán no pudo controlar su
instinto.
Respetuosamente.
Carmen R. Nebreda –
Diputada Nacional F.P.V.
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